Disciplina contra el vicio

La disciplina es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. El vicio se define como la falta de rectitud o defecto moral en las acciones.

Por consiguiente, la disciplina es un método para vencer el vicio y alcanzar la virtud, silogísticamente hablando.
Para los jóvenes que participan en el Pentathlón Militarizado, es una forma de vida que los lleva a mejorar no sólo su condición física, sino también el fortalecimiento de su mente.

Desde hace muchos años, cada domingo, la plancha de la plaza Niños Héroes es el escenario de las prácticas que realizan los jóvenes del pentathlón.

Dichas prácticas corresponden a movimientos sincronizados tipo militar, aprendizaje de artes marciales y saltos acrobáticos, pero además, también cultivan su intelecto.

Aunque son muchachos que provienen de familias de bajos recursos, no han recurrido a la vida fácil y licenciosa de otros muchos que se dejan seducir por el sórdido mundo de la delincuencia.
Disciplina contra el vicio parece ser la divisa de este y otros grupos que buscan su propia superación.

ALLA, EN 1963...

Juan Ramos Rodríguez, periodista ya fallecido, en aquel lejano 1963, propuso la creación de una agrupación de jóvenes que dedicaran parte de su tiempo al deporte y a la disciplina, como ya lo hacían otros en la capital del país.

Así nació el Pentathlón de Reynosa.

En el Acta de Fundación del Pentathlón Moderno Militar, se puede leer el siguiente texto: "En Ciudad Reynosa, Tamaulipas, a las 20:30 P.M., del día 18 de febrero de 1963, en una de las aulas de la Escuela Secundaria Preparatoria Federal "José de Escandón", tuvo a bien reunirse el Comité Organizador Integrado por las siguientes personas: Juan Ramos Rodríguez, Aarón López Guerra, Ramón Hernández, Pedro Lamberto Prado, Aurelio Ruiz, José Angel Torres, José Alfredo De León, Víctor López Guerra, Edmundo Ibarra Huerta, Héctor Elías Garza, Guillermo Benavides Siller, Mario Ortiz, Rigoberto González Salinas, Rolando Briseño, Marco Antonio Romo, Armando Vázquez Elizondo y oficiales del Ejército Mexicano, con el fin de firmar el Cuerpo del Pentatlhon Moderno Militar en esta Ciudad, quedando integrada la directiva de la siguiente forma: Juan Ramos R., Aarón López Guerra y Pedro Lamberto M. Prado.

Acto seguido el señor Juan Ramos en su carácter de Comandante, hizo uso de la palabra para dar una explicación respecto de los fines de haber formado este Club Deportivo.

Para tener un programa definido en esta junta se procedió a pasar con Asuntos Generales, habiéndose acordado primeramente estar en disciplina militar para que dicho cuerpo siga adelante para defender los colores de nuestra Bandera Nacional, por último se acordó hacer un llamado a la mayor cantidad de pentathletas para formar parte también de este cuerpo de Pentathlon Moderno Militar".

Se emitió copia para el Gobernador del Estado, Praxedis Balboa, para el Comandante de la Octava Zona Militar, con sede en Tampico, Baltazar Leyva Mancía y para el Comandante de la Guarnición de la Plaza de esta ciudad, Emiliano Castrejón Calvillo.

El Segundo Comandante del Pentathlón, Subzona Reynosa, Isidro De León Flores, comentó que en nuestro país el primer grupo surge el 9 de julio de 1938, en una calle adyacente al viejo estadio nacional, que ahora es el Multifamiliar Juárez.

"Empieza con doce estudiantes de la Facultad de Medicina encabezados por el doctor Jorge Jiménez Cantú y el Teniente Gonzalo Hidalgo, quien fue el primer instructor militar egresado del Heroico Colegio Militar.

Aquí, en Reynosa, su fundación fue el 18 de febrero de 1963, en pláticas con el Presidente Municipal y con el ya fallecido Juan Ramos Rodríguez, periodista.

El fue el primer comandante aquí, y Lamberto Prado", dijo, haciendo un poco de historia.
Mencionó que para ingresar a este grupo se requiere disciplina y voluntad porque desde que se fundó la institución es militarizada.

"Tenemos además competencias deportivas y militares, los jóvenes ingresan a la institución para alejarlos de las calles, de los vicios, que no anden pensando cosas que no deben de hacer y que no deben de tener ocio, más que nada en su casa", comentó.

Instrucción de tipo militar y deportiva para niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, es lo que encuentran en el Pentathlón.
De León Flores agregó que llegan ahí niños desde los seis años, y no hay un límite de edad para retirarse.
Actualmente hay 120 personas en la Comandancia de la Subzona y 50 en el grupo de Radiotransmisiones.

Este último es un grupo especial que trabaja en el Boulevard Acueducto Reynosa, los días jueves, viernes, sábado y domingo. Se trata de personas voluntarias que facilitan su tiempo y vehículos para auxilio de las personas que lo requieran.

INSTRUCCIÓN MILITAR

-¿Qué semejanza la instrucción que se da en el Pentathlón con la que se da en el Servicio Militar?-se le preguntó.
-Nos basamos en los manuales militares del Ejército Mexicano.

Como puede ver aquí, tenemos el manual del MEOSI y tenemos el manual de bastón Policía Militar 24 Prado. O sea, nos basamos en los manuales militares en general, todo.
-Pero usted mismo no es militar...
-No.

Hubo gente que fue militar aquí, en la institución, y estuvo apoyando a la institución. Aparte, vamos a los cursos que nos dan y solicitamos cursos también a la Octava Zona Militar.

-Aparte de la instrucción o entrenamiento que reciben aquí, en la plaza Niños Héroes, ¿hay algún servicio social que hacen a la comunidad?
-Sí.

Cuando hay en casos de desastre apoyamos al Municipio, cuando se requiere. Cuando una primaria o secundaria nos pide que vayamos a pintar o una instrucción de escolta mandamos a un instructor para que practique la escolta.

-El integrante de este grupo ¿tiene algún decálogo, reglas morales...?
-Todo se basa en normas y disciplina, principalmente.

Tenemos nuestro manual, nuestro Código Fundamental. Nos basamos en nuestro código y en los reglamentos internos de la institución.

También hay diferentes grados: los que entran son aspirantes, al jurar la bandera se convierten en Cadetes, luego Cadetes de Primera, Cabo, Sargento Segundo, Sargento Primero, Suboficial, Teniente, Capital Segundo, Capitán Primero, Tercer Comandante, Segundo Comandante y Primer Comandante.

Personas que ahora se desenvuelven en cargos públicos, en actividades deportivas o culturales han pasado por el Pentatlón de Reynosa a lo largo de cincuenta años de existencia.

De León Flores asegura que el abuelo del ex alcalde Oscar Luebbert Gutiérrez fue integrante de este grupo, también lo fueron los hermanos del ex diputado Humberto Valdez richaud, entre otros.

"En los libros de la historia que tenemos hay mucha gente que ha estado dentro de la institución, que ahorita, en la actualidad, son políticos, son periodistas u ocupan un puesto público", notificó.

COMPETENCIAS

¿Qué tan efectiva es la disciplina militarizada para forjar el cuerpo y el espíritu?
El segundo comandante afirma que sí da buenos resultados, y como para demostrarlo, muestra una serie de trofeos que se han ganado a lo largo de los años los jóvenes que compiten en varios deportes o disciplinas.

En ese momento entra una jovencita delgada y dice con orgullo: "Ella acaba de ganar una competencia en tiro".

"Aquí se les enseña lo que son las competencias militares; de hecho, la semana antepasada fuimos a Guadalupe, Nuevo León, con las competencias femeniles, donde el grupo femenil de las tres categorías, menor, juvenil y mayor se trajeron ocho trofeos: en tiro al blanco, una señorita aquí, Rosa Isela Sánchez Prugue ganó el primer lugar en tiro al blanco en treinta metros.

En danza moderna y danza folclórica se trajeron los primeros lugares en las tres categorías", aseveró.
Hay instructores en cada una de esas disciplinas, los cuales han sido formados dentro del propio Pentathlón.

"De hecho, en Semana Santa hubo un curso nacional de instructores en Monterrey, ahí reafirmaron todos los conocimientos y aparte se les hace dos exámenes al año”, finalizó.

Afuera de la modesta oficina ubicada al lado norte de la plaza Niños Héroes, tres grupos de jóvenes bien diferenciados realizaban actividades propias de su rango.

Los cadetes recibían órdenes de un oficial, casi de su misma edad y ejecutaban las instrucciones con exactitud cronométrica; más allá, sobre la plancha del jardín público, jovencitas de entre doce y dieciséis años estaban en espera de su turno.

Y más allá, sobre la banqueta sur, pequeños de entre seis y diez años se preparaban para realizar ejercicios de calentamiento.