En la Oponión

Pbro. Miqueas Cantú Mtz

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¡Cumple tu deber aunque te fusilen!

domingo, 21 de junio de 2020
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Por Janet Pérez
Adaptado por Miqueas Cantú
En cierta ciudad de Europa durante la Segunda Guerra Mundial, había una familia que no tenía más sostén que el trabajo del padre, gerente de un banco.

La mayor de sus hijas tenía unos dieciocho años de edad aproximadamente, educada cristianamente.
Las tropas nazis estaban por llegar a aquella ciudad, que no contaba con los recursos suficientes para resistir.

Y cómo suele suceder en todas partes, sus primeros pasos serían hacia el banco para saquear los fondos.
El peligro era claro, y no sabiendo aquel hombre que hacer (confundido por el temor), mandó llamar urgentemente a su hija y le preguntó:
-No sé que hacer.

Los soldados no tardarán en presentarse. Me exigirán abrir la caja fuerte y sino lo hago me fusilarán. ¿Qué debo hacer?
Aquella joven no vaciló en contestar ( aunque fuera su padre)
-Oh papá, es muy sencillo- le dijo-: ¡Cumple tu deber aunque te fusilen!
Que tiempos nos está tocando vivir, los miedos se apoderan de nuestra mente, la ansiedad nubla nuestro futuro, sin embargo, no hay más grande y más atractivo que cumplir con el deber de hacer la voluntad de Dios, es decir lo que Dios quiere para cada de uno nosotros.


Muchas veces la voluntad de Dios se manifiesta de distintas maneras y una de ellas es cuando hace uso de su soberanía sobre nosotros. Es la voluntad de Dios la que manda, ordena y esta es la que constituye el deber.


Hay un tipo de heroísmo en el cumplimiento del deber, más discreto, sin ruido y teatro, y es aquel que con perseverancia va hasta la muerte y no sólo eso sino que con su vida nos demuestra que es esclavo de cumplir compromisos en la cotidianidad de la vida, deberes que no son atractivos pero si efectivos.

Deberes que a veces obligó a muchos hacer a un lado los más nobles ideales; porque el sembrar principios en los hijos, educarlos con valores, ser ejemplo para ellos, son deberes que vale la pena ejercerlos.


Hay héroes sin capa, nada hay que lleve de una manera más sencilla al heroísmo como el deber. Aquel hombre y mujer que desde pequeños fueron instruidos en el deber y que a lo largo de la años tuvieron este principio como marca y sello en sus acciones, son a quienes admiramos, pues ante el deber nada puede prevalecer y todo debe sacrificarse.
A quienes de una o de otra manera han accionado a su deber están conscientes que han alegrado el corazón de Dios, pues es ejerciendo su voluntad en nuestra vida que el deber toma sentido.


Por eso mismo no hay nada más importante que amar el deber, es decir la voluntad de Dios, y si el deseo es ser personas heroicas dejémonos forjar y formar por el mayor ejemplo del cumplimiento del deber, este es Jesucristo que hasta la muerte fue fiel, sin desmayar, por causa de nosotros, y ahora que el vive, pues resucitó, nosotros como seguidores firmes cumplamos hasta el final.


En honor a todos aquellos padres de familia que amaron hasta el final. Héroes que amaron el deber antes que a sus propias vidas.
Y para los que aún quedamos en la tierra ...¡Cumple tu deber aunque te fusilen!

 

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