REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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REFLEXIÓN DOMINICAL

ENTREGANDO SU VIDA REDIME AL PECADOR
domingo, 18 de abril de 2021
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“-Así como el Padre me conoce y Yo al Padre- y pongo mi vida por mis ovejas” (Jn 10,15)



Jesucristo Nuestro Señor da conocer que la conducta humana ante la agresión de la soberbia maligna, su defensa está en dominarla imitando su humildad y mansedumbre, para ello se describen dos puntos de su enseñanza; “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente”, significa ir a la venganza, al desquite, a satisfacer el “yo” del poder, a la represalia, el imposible perdonar, a olvidar la pacificación del ímpetu para detener la agresión sea provocada o accidental contra el prójimo cuando la pasión es dueña del impulso ¡Que difícil! detenerla.

San Juan, clarifica el mandato divino para contener la ofensa agresora de una alma por la razón que sea no le es justificado perder el control de sí mismo para atacar y agredir, degradar o denigrar u ofender físicamente incluso arrebatar la vida, lo saludable para toda alma es la humildad ante la injusta agresión del que la recibe como el que la inicia, es dar un paso atrás y frenarse, instruye el Señor; “Más Yo os digo: no resistir al que es malo; antes bien, sí alguien te abofeteare en la mejilla derecha, preséntale también la otra”.

Y como conclusión de su palabra, dado que la del Señor es verdad y ejemplo a seguir, previene a los siglos; llevado a la casa del sacerdote Anás y ser interrogado, las acusaciones son sinrazones, injustas y contradictorias, dijo: “¿Por qué me interrogas a Mí? Pregunta a los que han oído, qué les he enseñado; ellos saben lo que Yo he dicho.

A estas palabras, uno de los satélites. que se encontraba junto a Jesús, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes Tú al sumo sacerdote? Jesús le respondió: Si he hablado mal, prueba en qué está el mal; pero si he hablado bien ¿por qué me golpeas?".

El Señor pide paciencia y docilidad, la humanidad no escucha, no tiene deseos de tomar para sí la enseñanza del Señor, no fija su atención en ello porque a su “Ego” le resulta infantil, aniñado y vano, porque el agresor necesita satisfacer su “Yo” por ser “ofendido”.

Reza el Señor en el Sermón de la Montaña; “Bienaventurados los mansos, porque heredaran la tierra”, San Agustín reafirma la enseñanza del divino Maestro; “Pelean los que no son mansos y se disputan las cosas temporales, pero siempre serán bienaventurados los humildes, porque ellos heredaran una tierra de donde nadie los podrá arrojar”.

¿Podremos comprender y asimilar que Jesucristo Nuestro Señor siendo Dios pudiendo defenderse y vencer las injustas acusaciones y castigos a su divino cuerpo por sus enemigos, no lo hizo? ¡Claro que podía y puede hacerlo!, San Juan revela que la redención de la humanidad es obra de su misericordiosa mansedumbre, reza el evangelio; cuando al Señor, una gavilla de gente del sanedrín dirigidos por Judas Iscariote con un beso lo entrega para ser tomado preso, vino una reacción de quienes venían con Él; “Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó e hirió a un siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha.

El nombre del siervo era Malco. Mas Jesús dijo a Pedro: "Vuelve la espada a la vaina; ¿no he de beber el cáliz que me ha dado el Padre?".

Mateo explica con detalle este momento en que el Señor tranquiliza la pasión e hizo razonar a los exaltados; "Vuelve tu espada a su lugar, porque los que empuñan la espada, perecerán a espada.

¿0 piensas que no puedo rogar a mi Padre, y me dará al punto más de doce legiones de ángeles?” Jesucristo Nuestro Señor manifiesta a los siglos que su predicación es ejemplo y obra, así ha de entenderse la norma pronunciada por Él en el Sermón de la Montaña.

Y aunque muchos pongan en duda la palabra del Señor por su incredulidad, su enseñanza es siempre actual; “Los que empuñan la espada, perecerán a espada” Dicho de otra manera se entiende del Señor, “el que ha hierro mata, a hierro muere”.
Ahora bien, ¿Por qué la acusación corrió por boca del sanedrín calificándola de ridícula?; “Si alguien te abofeteara en la mejilla derecha, preséntale la otra”.

El Sanedrín estaba a la espera del Mesías que le diera el poder del mundo, primero expulsar a los romanos de Israel para ellos ocupar su lugar llevando como caudillo al Mesías.

Los pueblos del mundo eran paganos e idolatras y supersticiosos pero guerreros, les llamó la atención lo del Mesías con poder, y temieron, pero cuando supieron que ese Mesías era Jesucristo Nuestro Señor enseñando a Israel a perdonar al prójimo, a poner la otra mejilla cuando te golpean se rieron del pueblo judío y decían, ¿Con ese caudillo nos vencerán? Siendo esta la acusación por el que el sanedrín lo desconoció y rechazó, despreció y negó la divinidad a su propio Mesías.

Para reflexión de este hecho en el que se muestra Cristo Nuestro Señor ser el Pastor que da su vida por sus ovejas, es valorar y profundizar que el Señor fue dando paso a paso camino a la redención de las almas.

Él sabía cómo sucederían las cosas, cada acontecimiento sea para el cristiano católico una enseñanza para retornar no solo la vista y los sentidos, sino el alma y corazón al Señor que entregando su vida redime al pecador.

Jesucristo Nuestro Señor permitió ser llevado al centro de la sinagoga, lugar donde se conspira contra de su divinidad, lugar donde realizan los conciliábulos en su contra, punto donde confabulan sus hostilidades los que dicen creer en un dios que no es Dios.

El Evangelista San Juan expone lo que viene a ser la causa principal del sanedrín contra su Mesías; “Y todos le preguntaron: "¿Luego eres Tú el Hijo de Dios?" Les respondió: "Vosotros lo estáis diciendo: ¡Yo soy! Entonces dijeron: ¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Nosotros mismos acabamos oírlo de su boca." Entendamos, su maldad está realizada, el Señor pudiera haber dado otra respuesta, pero fue claro, Nuestro Señor conocía que está declaración la estuvieron esperando en el tiempo de su peregrinación por Israel y nunca la pudieron obtener, ahora su deseo de redención la dio porque estaba pronto para llegar a ello.

Y para confirmar el deseo del Señor, San Mateo lo deja claro cuando exponen sus acusaciones ante Pilato; "Hemos hallado a este hombre soliviantando a nuestra nación, impidiendo que se dé tributo al César y diciendo ser el Cristo Rey.

“Las acusaciones primeras a Pilato no le fue nada interesante, lo vio como una acusación sacada a fuerzas de los acusadores que le temían, por lo tanto, sin valor para el Impero romano, lo que si fue de su interés es lo referente; “Ser el Cristo Rey” Porque eso podía afectar a Roma y a Él como Tribuno, por lo que fue a Él para ver si en realidad es Rey; “Pilato lo interrogó y dijo: "¿Eres Tú el rey de los judíos?" Respondióle y dijo: "Tú lo dices.

Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a las turbas: "No hallo culpa en este hombre". ¡Claro! ¡No hay culpa! Entonces ¿Qué paso? La incitación de los sacerdotes, ancianos, escribas y fariseos a la plebe de Jerusalén que ocho días antes lo aclamo Rey, ahora lo acusan de sedición.

Así continuo Nuestro Señor Jesucristo el camino al patíbulo de la redención de la humanidad del pecado.

¿Podemos comprender por qué Jesucristo Nuestro Señor pasó su vida padeciendo la ignominia del pueblo que vino a salvar del pecado que ya conocía, y del mundo al que también vino a salvar perdería la fe en Él? Anuncia a unos y otros que de igual forma negaran su divinidad al paso de los siglos, desconocedores que siendo Dios misericordioso la deposita para todos, porque siempre está velando en cada alma como el buen Pastor lo hace con sus ovejas, vive cada una en su corazón la bondad, comprensión y entendimiento del buen pastor que busca las ovejas perdidas, que perteneciéndole las recuperará y lleva a su redil.

Jesucristo Nuestro Señor habla a los fariseos; “Si fuerais ciegos, no tendrías pecado.

Pero ahora que decís “vemos”, vuestro pecado persiste”. ¿Como quitarse la ceguera no de los ojos sino del corazón? Reconocido Él que es desconocido intencionalmente por el pueblo que vino a salvarlo del pecado, ofrece ser para ellos y la humanidad de todos los tiempos la Puerta de entrada a los pastos eternos que expone en la parábola; “Yo soy el pastor, el Bueno.

El buen Pastor pone su vida por sus ovejas”. Dando un paso adelante el Obispo de Hipona, se dispone centrar en el corazón del cristiano católico la razón que le aproveche vivir la fe y confianza en Nuestro Señor, expone dos cosas, que ha propuesto y en cierto modo encubiertas.

Sabemos que El mismo es la puerta; "Yo soy el buen pastor". Ha dicho que el pastor entraba por la puerta. Si, porque El mismo es la puerta, ¿cómo entraré yo miserable pecador? Así como El por sí mismo conoce al Padre y nosotros le conocemos por El, de la misma manera El entra en el redil por sí mismo y nosotros entramos allí por El”.

¿Qué necesitaría el ser humano para conservar la regla de vida del Señor y obrar en torno a ella su salvación? Valorar profundamente que el camino de la felicitad eterna está solo en Dios y por Dios; estar convencido de que la felicidad en este mundo y sus logros son pasajeros, viendo la realidad: se vive solo un momento el placer y al rato cambia a infelicidad quedando la persona perturbada no puede ordenar el interior de su alma, ilustra San Agustín; “Dios es fuente de nuestra felicidad y meta de nuestro apetito.

Concibe la felicidad como gozo de la verdad” De donde es profundizar a su misericordia; “El buen pastor da su vida por sus ovejas” Jesucristo Nuestro Señor vino a dar la verdadera vida espiritual.

“Más el mercenario, el que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, viendo venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa”.

Cuando no hay vocación, cuando se obtiene responsabilidades sin merito, cuando solo es por beneficio material se tiene poder, cuando se tiene una responsabilidad que da énfasis a la vanidad, predominio a la soberbia llegará a un punto donde se caerá como castillo de naipes, porque esa responsabilidad no esta cimentada en el servicio del bien de las almas.

Cristo Nuestro Señor en todo momento de su vida previene contra el pecado y engaño, mentira y ofensa, son tantas las prevenciones que cada una pareciera ser una planta arraigada en los corazones a fructificar el bien espiritual, siendo la fe y confianza en el Señor el medio por el que se descubrirá al lobo engañador que abandona las ovejas que por no ser suyas, a la sola presencia del lobo hambriento huye arrebatando las ovejas del Señor.

San Agustín identifica; “El lobo es el diablo y los que le siguen; porque dicho está por San Mateo que, vestidos de piel de ovejas, son por dentro lobos rapaces”.

La carencia de la verdadera vocación se refleja en los hechos; “porque es mercenario y no tiene interés por las ovejas”. El mercenario mientras nada pasa y todo es tranquilo la pasa bien, cuando se entera que se acerca el lobo rapaz hambriento no se arriesga salir en defensa de las ovejas y huye abandonándolas, es posible venderse al lobo rapaz para socavar la fe en las ovejas.



“Yo soy el pastor bueno, y conozco las mías, y las mías me conocen”, las ovejas en los rediles reconocen la voz de su pastor cuando las va buscar para llevarlas a los pastos para alimentarse; pero cuando no es la voz del pastor se quedan quietas.

Aprendamos escuchar la voz de Cristo Nuestro Señor cuando penetra en el corazón se aviva el alma, la conciencia se agita de gozo porque la oveja del Señor no se apartará de ella, la voz del mercenario se pierde en el aire; San Gregorio vislumbra del Señor el torrente de su amor; “Como si dijera claramente: Yo amo a mis ovejas, y ellas, obedeciéndome, me aman, porque el que no ama la verdad, todavía no conoce”.



El conocimiento mutuo del Padre al Hijo es unidad indisoluble, aquí ya no es parábola es revelación de la divinidad la unidad del Padre y el Hijo, el conocimiento profundo del Padre confío la redención de las almas al Hijo El amado, porque su unidad del Padre y el Hijo no se puede disolver, mucho menos desatar, por ello el divino Maestro dijo: “-así como el Padre me conoce y Yo conozco al Padre- y pongo mi vida por mis ovejas”.

Esta vida intima de conocimiento y amor une al padre y al Hijo. El conocimiento del pastor Bueno Profetizado por Ezequiel fue anunciado 571 años a de c; “Yo mismo pastorearé mis ovejas, y Yo mismo las llevaré a la majada (Redil)— oráculo del Señor.

Buscaré las perdidas, traeré las descarriadas, vendaré las perniquebradas y fortaleceré las enfermas”. Así como Jesucristo Nuestro Señor y el alma están unidos en semejanza de naturaleza, le comunica vida de su vida: vida de conocimiento y amor por la fe y la gracia.

San Gregorio, Doctor de la Iglesia define la palabra de Nuestro Señor, “Como si dijera claramente: Esta es prueba de que conozco al Padre y de que soy conocido del Padre; que pongo mi vida por mis ovejas esto es, esa misma caridad con que muero por mis ovejas es un testimonio del amor con que amo al Padre”.

La palabra de Dios es profunda, de fe y confianza, es paz en el alma caminar por el mundo apegado a su mandamiento, las cosas del mundo son piedras en el camino, son cosas efímeras que solo crean problemas en la persona, a la que someten a una vida donde la frivolidad es un velo que envuelve para no dejar ver que el camino va al precipicio, y será el fin de la existencia salvadora por la que Cristo Nuestro Señor derramo en el patíbulo de la ignominia e incomprensión su preciosísima sangre la salvación eterna de las almas.

Camina por el mundo una inmensa mayoría ignorando como será su destino final después de esta vida terrena, hoy se ríen del comentario y con áspera ironía expresan comentarios burlescos, en otros la molestia de escuchar, pero a ninguno pasa por su mente esforzarse en salvar su alma, habla al interior la conciencia; “eso de que no debes perderla, de reflexionar la vida que tienes, eso de que te ves envuelto en problemas y por más esfuerzo de salir más los complicas, podrás salir cuando la fe y confianza te haga volver la vista al Cristo que quiso ser crucificado por ti y por ti entrego su cuerpo, sangre, alma y divinidad para redimirte del pecado, cuando sinceramente te arrepientas tu vida será otra”.

Comprendamos, la palabra de Cristo Nuestro Señor viene de Dios Padre verdad y obra en el pecador, su misericordia brota de su corazón al de las almas; “Y tengo otras ovejas que no son de este aprisco.

A ésas también tengo que traer: ellas oirán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor”. Meditemos, será una sola Iglesia, un solo pueblo cristiano católico, toda alma arrepentida perdonada, el corazón y el alma luchando por llegar a Él, los comentarios en contrario son manifestación que reafirman el reconocimiento a la palabra de Dios: “Ser un solo Pastor”.

hefelira@yahoo.com

 

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