_1 (2) (1) (2).jpg)
 |
 |
|
 |
 |
 |
Por: Jorge Ricardo
 |
 |
 |
 |
 |
Cd. de México (30 abril 2022).- Ricardo Monreal parecía un niño. Desde el presidium, ordenaba pasar al Salón de Plenos a Batman, Ironman, El Hombre Araña, Bob Esponja, a un pingüino de peluche y una Hada Madrina.
Contaba desde la Mesa Directiva a los niños que en un festivo desorden ocupaban los escaños y les presumía su lugar como coordinador de la principal bancada.
Señalaba a un niño en el centro: "Donde estás tú, levanta la mano. En ese mismo lugar es donde yo me siento y con el teléfono que tienes ahí puedo hablar con todos los coordinadores y los importantes funcionarios del Gobierno, entonces abro el teléfono y hablo sin moverme..."
Poca atención le daban quienes respondieron a la convocatoria del coordinador de Morena y aspirante presidencial para festejar el Día del Niño en la Cámara alta.
De jeans y chaleco, Monreal salió por ellos a la entrada sobre Paseo de la Reforma. Ensayó una foto de postal con los superhéroes y luego los invitó a maquillarse y a jugar a las canicas, a ponerle la cola a un burro, taparle la boca a un payaso con pelotas o a tiro al blanco, mientras él se iba a su oficina a cambiarse el chaleco por un saco.
"Esta institución tiene 200 años que se fundó y es la primera ocasión que el Senado festeja a sus niños de México y niñas", dijo en el Salón de Plenos, mientras 128 niños columpiaban los pies en los escaños, protegidos con fundas negras.
Giraban la vista por las paredes circulares o escribían en una hoja que les dieron el tipo de País que desean. Sus familiares, nerviosos de que no fueran a romper algo, esperaban de pie.
La primera en llegar fue Jessica, una ex vendedora de fruta en el Senado donde conoció a su actual esposo, un policía con quien tuvo a Ángel y Sofía, de cuatro y tres años.
"Nos avisaron que había un evento para los niños y pues quisimos venir, nos paramos a las cinco de la mañana para poder venirnos", dijo Jessica.
"Yo quiero un México sin violencia ni niños desaparecidos", escribió en su hoja Sofía, maquillada de Mujer Maravilla.
"Quiero que ya no secuestren a la gente", "Yo quiero que México sea más seguro, que haya justicia para las mujeres desaparecidas", "Quiero que vacunen a los niños contra Covid-19", escribieron otros niños y metieron sus hojas a una urna.
"Te voy a llamar, aunque no sé si esté conectado ahora", decía luego Monreal, de 61 años, desde el presidium. Un trabajador del Senado, le quitaba la funda al teléfono, un técnico iba a encenderlo.
Pero el teléfono no funcionaba.
"Debe estar desactivado, bueno esta es la forma", dijo Monreal y prometía procesar los deseos escritos y pedía que algunos niños pasaran a decirlos desde el estrado.
Desde ahí hablaron con sus caritas pintadas de Batman o hadas madrinas.
"Los niños traen un nuevo chip", decía el zacatecano al final.
"Esta generación viene bien, nosotros creo que debemos erradicar la violencia, la confrontación, esta situación de polarización, pero los niños vienen bien, esta generación va a salir muy bien", agregó antes de que le preguntaran qué quería él de niño.
"Ser Presidente", respondió carcajeándose, medio en broma, medio en serio, ya bajando por las escalera, diciendo que iba por otro grupo.
En el patio central los niños recibían una bolsa de regalo, colores, un cuaderno, una lonchera. Desayunaban, se tomaban fotos con los superhéroes y escribían en pizarrones mensajes de agradecimiento.
"Gracias Senado", "Gracias senador", con letra quebradiza, debajo del dibujo de un dinosaurio verde con alas.
Opina sobre este artículo
