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La intuban en embarazo, lo supera y es mamá

Ingrid González y su pequeña Belén. Foto: Juan Flores
"Tienes 10 minutos para despedirte de tu familia...". En Cuidados Intensivos del Hospital San José, Ingrid González Shay, entonces de 33 años
martes, 10 de mayo de 2022
Por: Imelda Robles
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Agencia / Reforma

Monterrey, México(10 mayo 2022).- "Tienes 10 minutos para despedirte de tu familia...". En Cuidados Intensivos del Hospital San José, Ingrid González Shay, entonces de 33 años y con seis meses de embarazo, recibió esa indicación.

Hizo una videollamada a su esposo, a sus papás y a sus dos hermanas para despedirse antes de ser intubada por Covid-19.

Era el 23 de junio del 2020 y se vivía una ola de contagios.

"Imagínate mi tristeza", dice Ingrid. Sólo recuerda esos minutos y su voz se quiebra. Desde entonces es consciente de lo frágil que es la vida, y ahora para ella todos los días son 10 de Mayo para festejar y agradecer.

"Las estadísticas eran muy malas para mí", comparte. "No estaba nada a mi favor y entonces cuando me dicen: 'te vamos a intubar', para mí fue: te vas a morir".

Casada con David Ceballos Ramírez ya era mamá de Salomón, de 1 año. Estaba embarazada de una niña para quien ya tenían el nombre: Belén.

Su esposo trabaja en el Mercado de Abastos, en San Nicolás, donde hubo un brote de casos de Covid-19. Ambos se contagiaron junto con otros familiares.

La internaron el 21 de junio. Para el tercer día hospitalizada le era casi imposible respirar.

"Le hablé a mi esposo por videollamada. Me acuerdo un chorro que estaba jugando con Salomón... No le quería colgar, pero ni 100 minutos más me hubieran valido para despedirme suficiente", recuerda.

"Luego le hable a mis papás, sus caras, estaban desencajados totalmente... En algún momento de mi cabeza pensé que no iba a ver crecer a Salomón, por ejemplo, ya ni hablar de Belén, verdad, que yo decía me muero yo y se muere conmigo".

Estuvo intubada cuatro días. El 25 de junio le hablaron a su esposo para decirle que se preparara para lo peor. Al día siguiente, justo cuando él cumplía años, le dieron el mejor regalo: le informaron que ella tuvo una mejoría.

Para el día 27 le avisaron que Ingrid sería extubada.

"Hace poco me dice David: 'yo tenía un miedo de que me hablaran para preguntarme, ¿a quién salvo, a la mamá o a la hija? Ese era mi peor miedo'", cuenta Ingrid.

El neumólogo intensivista Sergio Saúl Sánchez comparte que Ingrid fue de las pocas pacientes embarazadas con Covid que llegaron a intubación.

Algo clave, indica, es que la intubaron a tiempo.

"Todos los pacientes representan para nosotros una responsabilidad y una carga emocional por saber que los tienes que regresar a casa. Con ella era todavía mayor, en el sentido de que era una mujer embarazada".

Sobre los riesgos que podría tener la bebé, añade, había muy poca información en ese entonces. Ingrid fue dada de alta el 4 de julio.

EL MEJOR REGALO

La salud de la bebé aún era una incógnita para los médicos. El 12 de septiembre del 2020 nació Belén en una sala de partos del Hospital Zambrano Hellion repleta de un inmenso equipo médico que ya la esperaba para salvar su vida.

"Nadie sabía qué iban a recibir, qué niña iban a recibir", dice Ingrid, "si al sacarla iba a tener algún problema, del corazón, respiratorio, no se sabía.

Pesó 2 kilos 300, estaba pequeñita, pero fuerte como ella sola, y nació perfecta".

Belén ahora es una niña de un año y 8 meses risueña que corre de un lado a otro. Sin secuelas de ningún tipo. Ingrid señala que tiene un carácter muy fuerte, pero eso mismo la hizo luchar desde que estaba en su vientre.

"Los doctores que, siendo doctores, a veces son algo escépticos, o muy científicos, y todos me dicen: Belén es un milagro. Es un milagro que tú estés viva y que ella esté bien al 100 es un milagro.

Y para mí lo es", afirma. Y es que mientras estuvo hospitalizada, familiares, amigos y conocidos circularon cadenas de oración.

Recientemente, en la iglesia o en restaurantes cuenta que hay personas que se ha acercado a saludarla y le preguntan si es Ingrid, la mujer embarazada que estuvo intubada.

Le expresan que conocieron su caso y oraron por ella y Belén.

"No sabes toda la cantidad de gente que me ha detenido en la calle para decirme eso", dice. "No puedo pensar que no es un milagro (por) el hecho de que tanta gente haya estado pendiente.

Sería muy desagradecido de mi parte.

"Yo les digo cuando me dicen eso: 'Fue trabajo en equipo. Todo mundo hizo su parte'". Ingrid ahora está embarazada de su tercer hijo que nacerá a finales de este mes.

Se llamará Elías.

Conmovida, dice que el mayor aprendizaje ha sido vivir el presente.

"Todos los días hay que rendirle culto a las mamás porque las mamás están muy cañonas", suspira.

"El recibir esta advertencia de que la vida es frágil y en un segundo se puede ir, eso que tú diste por sentado, es el mayor aprendizaje que me dejó el Covid.

El presente es el mayor regalo que existe".

 

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