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La extensión de Chihuahua es equivalente a las posibilidades de aventura y sosiego.

A tan sólo dos horas de la capital chihuahuense, en el municipio de San Francisco de Borja, se encuentra uno de los relieves más alucinantes del estado: el Cañón de Namúrachi.

Su nombre, que en lengua rarámuri significa "Lugar de cuevas", hace referencia a las colosales estructuras formadas durante miles de años por la erosión del aire y el agua.

El camino a este monumento de la naturaleza inicia con un trayecto de terracería y un pequeño riachuelo, el cual, en nuestra experiencia, se puede cruzar a pie o en auto.

Posteriormente, una vez en el sitio, los visitantes empiezan a subir una ladera custodiada por muros de tierra de más de 20 metros.

La vereda no sólo ofrece una serena experiencia de senderismo, sino también la oportunidad de observar cómo el prolongado efecto de los elementos ha moldeado cavernas de distintos tamaños y profundidades en las paredes.

Y si bien la senda puede parecer ardua bajo el sol chihuahuense, tanto los árboles de la zona como las mismas sombras del cañón ofrecen refugio para descansar y contemplar el trayecto.

De acuerdo con los locales, las personas ávidas de aventura pueden realizar excursiones, escalar y descender por los relieves, así como andar en bicicleta por el terreno rugoso.

Asimismo, los individuos interesados en apreciar las formaciones, disfrutar de un espacio alejado del ajetreo cotidiano, meditar o establecer contacto con la naturaleza pueden hacerlo libremente.

El trayecto culmina donde la cima de los muros pareciese querer tocarse. Esa concavidad no sólo ofrece una de las vistas más imponentes del recorrido, sino también permite llevar a cabo a lo largo del año eventos culturales por su acústica.

El área, además, cuenta con diversos altares a los que suele acudir la gente.

En época de lluvia, relatan, se pueden apreciar caídas de agua que dan otra perspectiva completamente distinta del sitio, aunque se recomienda evitar acudir en ese momento por motivos de seguridad.

Buen catálogo de divertimento

El Cañón de Namúrachi no es la única opción de aventura en la zona.

Además de las 11 áreas naturales protegidas del estado, entre las que se hallan la Cascada de Basaseachi y el Desierto de Samalayuca, Chihuahua cuenta con otros lugares para los amantes de las experiencias deportivas.

En el Parque Metropolitano Tres Presas El Rejón, por ejemplo, los residentes y visitantes de la capital pueden salir a trotar, correr, pasear con sus mascotas, ir en bicicleta o patines e inclusive pescar sin salir de la urbe.

Mientras que los amantes de la velocidad y el rugir de los motores pueden acudir a las carreras NASCAR que se celebran en el Autódromo El Dorado Speedway.

Dicho espacio se distingue de otros similares en la República por contar con iluminación propia, lo que permite a los aficionados presenciar la final de las competencias de noche.

La oferta turística en el rubro deportivo se complementa con las diversas actividades programadas en el Festival Internacional de Turismo de Aventura (FITA) celebrado anualmente.

Ciclismo, mototurismo, ultramaratón, pesca, pedestre y trayectos en vehículos todo terreno (ATV's y UTV's) son algunas de las disciplinas contempladas en distintas regiones del estado.

El precio de entrada del Cañón de Namúrachi es de 20 pesos. Se paga en efectivo. Los interesados en vivir experiencias de adrenalina en este espacio deben llevar sus propios equipos o gestionar las actividades previamente con agencias de turismo.

En el sitio no hay renta de dispositivos o equipos. Para más inspiración consulta: https://visitachihuahua.com/