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"Los liquidadores se extinguen como velas", señalaba una de las pancartas, en alusión a los cientos de miles de personas que colaboraron de alguna manera en las tareas ligadas a la catçastrofe atómica del 26 de abril de 1986.
"Nosotros salvamos al mundo.
Salvamos vidas. Vosotros vivís felices, nosotros estamos enfermos y muriendo, queremos vivir como vosotros", podía leerse en otro cartel portado por los manifestantes, que marcharon hacia el edificio del Consejo de Ministros.
Guennadi Alexandrovich, uno de los asistentes, afirmó: "Nos hemos reunido aquí para atraer la atención del Gobierno, de nuestra sociedad y del mundo entero sobre el problema de los liquidadores".
"Hay leyes en Ucrania que protegen los derechos de los liquidadores, pero primero no se cumplen, y además queremos que cambien", señaló otro manifestante, Gleb Malutin, representante de una de las organizaciones convocantes.
Explicó que, por ejemplo, según la ley la pensión del liquidador se calcula de acuerdo al salario que recibía en el momento del accidente.
Por ello, "si la persona era trabajador de la central nuclear recibe una buena pensión, pero si era uno de los soldados que fueron enviados a luchar contra la radiación recibe una cantidad de miseria.
Eso no es justo", subrayó.
Vladímir Gúdov, subcoronel en la reserva que fue uno de los vicejefes del batallón especial que se envió a Chernóbil para frenar la propagación de la radiación, explicó a Efe que la situación de los liquidadores empeoró tras la desintegración de la URSS en 1991.
"En los tiempos soviéticos la sanidad era gratuita, teníamos protección social.
Después se hizo de pago y no podemos hacer frente a los tratamientos", señaló.
"Lo que hicimos salvó al mundo, evitamos que se repitiera una explosión que habría sido más letal que la primera, que habría destruido ciudades como Kiev y Minsk y hecho de Europa un continente inhabitable", asegura, y agrega: "Lo hicimos porque éramos patriotas".
Mijaíl Beznar, por su parte, recordó que hubo alrededor de unos 600.000 liquidadores.
"Ahora solo quedamos 130.000. Pero nuestro Gobierno cierra los ojos ante nuestros problemas, y nuestras pensiones no son suficientes para costear los tratamientos médicos".
El responsable de la Unión de liquidadores minusválidos de Chernóbil, Vladímir Voitov, exigió "pensiones justas y el reconocimiento del Estado a todos los liquidadores que aún viven".